
¿Cómo mejorar la experiencia en un ingreso psiquiátrico?
Ando leyendo el libro Experiencias en la atención psiquiátrica hospitalaria, de la colección que dirige Jorge Tizón y aunque el libro transcurre en hospitales británicos se pueden exportar casi todas las reflexiones.
Este libro proporciona los testimonios referentes a la experiencia tanto de pacientes, familiares como los profesionales durante un ingreso psiquiátrico.
Leyéndolo no puedo evitar recordar esos primeros pasos en la especialidad que justamente coincidieron al menos en mi caso con la rotación por la planta de hospitalización.
La mezcla de emociones por aquel entonces no se puede sintetizar en una palabra y ni siquiera el paso del tiempo las atenúa.
Y es que estás emocionado por empezar a ver tus primeros pacientes y a la vez angustiado por mil motivos.
¿Conseguiremos ayudar a esa persona? ¿Sabré llevar adelante la entrevista? ¿ Y si no sé que contestar ?
NOTA: Como anécdota os confieso que en mi primera guardia dormitaba en un cuartucho por el que correteaban unas simpáticas cucarachas las cuales no perturbaban mi repaso del Manual de Urgencias cual opositor antes de presentarse al examen.Al final tocó visitar a mi primer paciente, un señor intoxicado de alcohol y agitado,para lo cual me echó un capote la enfermera de aquella noche.
Y sí, aparece el temor a la locura.
Esa mirada perdida y a veces hostil de esa persona que muchas veces está más asustada que tú y no entiende nada de lo que está ocurriendo en la mayoría de las ocasiones, más si es su primer ingreso.
Siempre me han impresionado mucho las personas con psicosis, sobre todo aquellas que no son conscientes de estar enfermos, sobre todo por el sufrimiento que padecen tanto ellos como sus familias.
Esa persona que en un momento determinado entra en una crisis difícil de manejar en casa y acaba en el hospital.
Con frecuencia la situación del ingreso es muy desagradable.
Forcejeos, gritos, amenazas de no volver a hablarle al familiar al que se acusa de lo ocurrido…
Ese resultado final a veces ha sido casi inevitable aunque en otras ocasiones se podría haber hecho más o al menos de otra manera.
Necesitamos menos estigma. Aprender a comunicarse mejor con nuestro familiar enfermo. Más recursos psicosociales.
Pero vayamos al ingreso.
Si alguien piensa que ya hemos dado un paso decisivo se equivoca. No estamos sino empezando lo que vendrá luego. Y ese luego empieza desde ya.
Nuestros pacientes necesitan ingresos más cálidos y menos traumatizantes.
Recuerdo cuando las familias preguntaban si era bueno que su familiar estuviera mezclado con personas con problemas tan diferentes, si era bueno no tener visitas al principio, y otras sobre normas a veces más pensadas en los profesionales…y así mil preguntas.
Preguntas frente a las que muchas veces no hay una respuesta clara. Y si la hay a veces no preguntas porque hay un código no escrito en el que el médico no puede dudar ni mostrar temor.
Al final como en ese momento eres el último mono, el residente recién llegado, acabas por seguir las inercias que has visto en tus mayores. Estos tics asistenciales que tiendes a veces a perpetuar aunque para cualquiera con una mínima sensibilidad los ingresos en muchos hospitales no son sino lugares de contención poco agradables y en los que lo único que se espera en ocasiones es que a que haga efecto la medicación.
No siempre será así. No quiero que se entienda mal. Tengo excelentes amigos trabajando en hospitalización que son muy buena gente pero estoy seguro de que ellos estarán de acuerdo en se podría hacer más y de otra manera.
Y es que pasado ese momento de más descontrol conductual e incluso ya entonces se podría tener un acercamiento más cálido con nuestros pacientes.
Los relatos de personas que han estado ingresadas suelen estar a menudo llenos de menciones al trato frío, a la escasa comunicación y otras situaciones que no ayudan y propician el deseo de no volver a saber nada que tenga relación con el hospital.
Se debería también en los ingresos trabajar con los familiares en ese momento en el que tienen fresca la crisis y analizar los estilos de comunicación para que al final la persona con psicosis y su familia se conviertan en un equipo para conseguir una vida mejor para todos.
¿Cómo podrían mejorarse estos procesos?
Hay una parte de la que todos somos responsables y entonar el mea culpa pero sin duda con más recursos tanto humanos como materiales el trato mejoraría.
No es lo mismo trabajar con según que ratios de personal-paciente y menos tener esas limitaciones en las estancias medias hospitalarias. Desconozco si altar a un paciente para reingresarlo en unas horas sigue siendo una argucia para burlar las rigideces del sistema y así evitar ser penalizados.
Otro tema que serviría sería disponer de una atención integrada en la que el personal que fuera a seguir el caso a nivel ambulatorio empezara a conocer y establecer un vínculo con el paciente durante el mismo ingreso lo cual disminuiría la discontinuidad asistencial.
Deberíamos transformar los hospitales en sitios donde se salten las distancias entre los pacientes, las familias y los profesionales pero estamos lejos de ello. Anhelo el día que llegue el concepto de hospital líquido al mundo de la Salud Mental aunque admitamos que hay muchas barreras por romper todavía y muchos temores entre los mismos profesionales pero sin duda a la larga será la mejor estrategia.
Una herramienta que nos puede ayudar para trabajar con nuestros pacientes es la planificación anticipada de decisiones en salud mental extraída de la Confederación de Salud Mental de España.
Este es un documento, del que os dejo el link, en el que paciente, familia y profesional llegan a acuerdos que guiarán las voluntades de su tratamiento. No tiene un carácter vinculante desde el punto de vista legal pero nos puede ayudar a todos para mejorar tanto el tratamiento como las relaciones que se establezcan.
La Escuela Andaluza de Salud Pública tiene previsto para 2016 realizar una nueva edición del curso sobre planificación anticipada en salud mental tal y como me confirmó por teléfono su coordinadora Lala Bono aunque sólo será para profesionales.
Y es que para hacer todas estas cosas como la planificación anticipada o acceder a una rehabilitación neurocognitiva o tener facilidades para acceder a trabajos protegidos hace falta tiempo y dinero y no parece que la Salud Mental esté en la agenda de nuestros políticos.
Hasta entonces y para acabar el post vaya mi homenaje a las familias y al asociacionismo, auténticos soportes actuales de la Salud Mental Comunitaria y también a los jóvenes residentes a los que la gratitud que más apreciarán con frecuencia mientras duré su especialización la tendrán escuchando alguna palabra amable o leyendo como nos ocurrió una vez con una carta de agradecimiento en el periódico de aquel familiar sorprendido de haber visto que aquel joven que les atendió de madrugada es el mismo que vieron al día siguiente trabajando por la planta.
No me quería poner sensiblero pero sigo pensando que es prioritario recuperar el contrato actualmente en crisis entre los Sanitarios y la Sociedad.
Debemos abandonar el pedestal de expertos y trabajar conjuntamente con los pacientes y sus familias sabiendo que en Salud Mental tenemos más preguntas que respuestas.
PD: no lo tengo decidido pero creo que la serie de post titulada La confusión de los psiquiatras quizá la convierta en un mini-ebook que regalaré a los suscriptores del blog.
Hasta pronto!!
Hola Dr., Acerga
Los problemas mentales son para muchas personas un tabú y algo difícil de digerir, por eso pienso que este post es muy acertado para las personas que se pueden ver en ese ajetreo y para los profesionales.
Comparto con usted que se debería trabajar conjuntamente tanto con los pacientes y/o familiares y con diferentes profesionales, pues la salud mental está a la orden del día, y se tiene que tener cuidado de no caer en etiquetar.
Que importante es saber gestionar esas emociones en esos momentos tan difíciles para todos
Saludos.
Dominique
Gracias por comentar Dominique.
Sin duda han de haber muchos cambios en la manera de cómo se plantean los ingresos hospitalarios en psiquiatría.
Saludos!!